

LOS PROFESORES
RAMIRO
VENTURA
Yoga llegó a su vida en un momento de crisis en el que, por fortuna, una amiga -segura de que le ayudarían- lo invitó a participar de las clases que ella impartía. Desde entonces, en 2007, Yoga se ha vuelto parte de su vida a punto tal que en 2013 decide viajar por primera vez a India para conocer la cultura en la que está disciplina se originó y para profundizar en su práctica.
En 2018, después de reiterados viajes para practicar con su maestro, Sharath Jois, recibe de él la autorización nivel II para enseñar Ashtanga Yoga.
Además de la práctica, su investigación personal lo impulsó a profundizar en el conocimiento de sánscrito, filosofía vedanta, anatomía, ayurveda y medicina china. También estudió armonio, danza clásica de la India, danza contemporánea y ballet.
Considera que practicar Yoga es la posibilidad de observar el estado de las cosas; un entendimiento intrínseco de nuestra naturaleza para asumir con compromiso nuestra misión en este mundo. Dando clases, procura trabajar con el alumno desde una relación íntima, conociéndole desde la práctica y ofreciéndole herramientas específicas que le ayuden a crear consciencia y romper con los patrones que le inhiben manifestar su mejor versión.
BARBARA
VASQUEZ
De chiquita soñaba con ser bailarina y por eso estudio durante seis años danza -clásica, jazz, contemporáneo y tap. Además de bailar siempre hizo ejercicio físico pero con la sensación de que había algo más detrás del ‘movimiento’ hasta que, finalmente, un llamado a conocerse interiormente la acercó al Yoga y fue amor a primera vista.
Así fue que empezó con Ashtanga en 2015 y pasó por varios profesores hasta dar con Ramiro en 2016. Luego en 2018 viajó a Madrid para practicar allí con Sharath durante su visita a España y viajó a India en 2019 para practicar nuevamente con él en Mysore, India.
Su interés por la alimentación y su impacto en lo personal y lo social la acercó también al estudio de nutrición y Ayurveda.
Practicando se siente capaz de conectarse integralmente a partir de la experiencia corporal; agradece a la práctica el espejo que le ofrece para enfrentarse a la realidad y así ser honesta consigo misma. Cuando da clase su prioridad está en empatizar con el otro para ayudarle a adquirir herramientas que le ayuden en la búsqueda de volver a lo simple y encontrar bienestar.
GUILLERMO SALOMON
Aunque licenciado en economía y apasionado de la música, su curiosidad y deseo de sentir qué vino a hacer al mundo lo guiaron a finales de 2012 hacia el Ashtanga Yoga y tres años después a tomar clases con Ramiro. Más tarde, su constancia y sus incesantes ganas de seguir aprendiendo lo incitaron a viajar por primera vez a India para practicar con Sharath Jois en enero de 2019 y una segunda vez en diciembre del mismo año.
Andar en bicicleta, respirar en calma, la música, la soledad y las buenas compañías son su sinónimo de libertad y cuando practica lo invade una gran sensibilidad y sentimiento de presencia en el que el momento presente es el protagonista. Ese instante le permite verse a sí mismo y a su entorno con claridad, sin juicios, más allá de lo bueno y lo malo que puedan traer.
El compartir saberes y continuar construyéndolos desde la cooperación le resulta muy gratificante y motivante. Así es que dar clase, observar a otras personas y acompañarlos a descubrirse a partir de la práctica le posibilita revelar muchos rincones de la suya propia.